
Coaching familiar, una ayuda para educar mejor
El entorno social y familiar han cambiado y lo ha hecho tan rápido y de forma tan radical que muchos padres se sienten desorientados o culpables. Ante esta situación muchas familias recurren a un manager educativo
La educación de los niños del siglo XXI está marcada por nuevos hábitos y situaciones. Tecnologías, hijos únicos, divorcios, padres trabajadores... son muchos los elementos que influyen y los padres se ven desbordados y asisten impotentes ante las nuevas formas de comportarse de los niños y adolescentes.
Nuevos problemas, nuevas herramientas
La mayoría de problemas que se plantean en las familias de hoy en día están originados porque existe una nueva realidad social a la que los padres ven difícil adaptarse, comprueban que ya
no les sirven las herramientas utilizadas hasta ahora en la educación de los hijos y por ello se sienten desorientados.
Ante esta situación muchos sufren "síndrome de padre desesperado". Son padres con un alto grado de culpabilidad que antes no existía. A pesar de todo, no se trata en ningún caso que sean malos padres, ya que la mayoría tienen muy buenas intenciones y actúan pensando que están haciendo lo mejor para sus hijos.
Por ello, en esta situaciones muchos una solución son los llamados manager educativo, Coaching educativos o coaching familiares. Se trata de expertos con formación y creatividad para ayudar a los padres a hacer frente a problemas o situaciones conflictivas familiares, y que además de experiencia tienen la perspectiva necesaria para diagnosticar y solucionar los conflictos
El Coaching es una disciplina nueva que utilizan ya muchas empresas y organizaciones para mejorar su rendimiento y que aplicada a la educación permite enseñar a los padres estrategias y ofrecerles herramientas para mejorar el ambiente familiar.
Entre los temas en los que puede ayudar un coaching familiar destaca la comunicación entre padres e hijos, la conciliación, suavizar conflictos, fomentar la independencia de los hijos y, en general, afrontar los desafíos y retos de la educación.
Sin sentimiento de culpabilidad
A pesar de todo, es importante desdramatizar la situación. No existe el padre perfecto y conseguir que el niño se sienta querido puede ser el mejor «antídoto» para resolver los problemas. Es importante que pierdan el sentimiento de culpabilidad y recordar que educar no es una inversión de renta fija.
Información elaborada con el asesoramiento de Mar Sánchez Marchori.
Directora del Instituto Valenciano de Pedagogía Creativa
Agradecemos a www.padresonones.es por compartir la información con nosotros
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